La segunda ola

Desde el Partido Comunista Portugués

La historia de opresión llevadas a cabo por las potencias coloniales occidentales, (que comenzó hace medio siglo), muestra cómo el continente africano -, donde están allí concentrado alrededor del 30% de los minerales del mundo y los recursos de metal, más del 10% de las reservas de petróleo, alrededor del 8% de las reservas de gas, el 17% de los bosques del mundo y aproximadamente el 60% de las tierras no explotadas de cultivo, nunca, a lo largo de su historia, dejaron de ser saqueados, interferidos y ser blanco de guerra instigada - llevada a cabo por los poderes coloniales más importantes del mundo.

La realidad de los últimos 30 años ha demostrado igualmente que nunca el continente africano dejó de ser el objetivo del imperialismo. El apoyo a los regímenes criminales como el apartheid, en la instigación de conflictos de origen étnico-religioso, a través de fuentes de financiamiento y armamento a los grupos y milicias, el apoyo a las pandillas relacionadas con las corporaciones imperialistas europeas y de América del Norte (con la única finalidad de capacitar a la burguesía en un relación de dependencia neo- colonial), a través de los mecanismos de la deuda externa, el FMI, la Unión Europea y los "acuerdos", incluso la OTAN y la militarización es cada vez mayor, para perpetuar el dominio económico y geopolítico del imperialismo en el continente africano.

Esta es la realidad y se ha hecho muy evidente. La profunda crisis del capitalismo y la profundización de la creciente dependencia sobre las materias primas y los recursos naturales en el continente africano, combinada con la preocupación cada vez mayor del poder imperialista de los EEUU y Francia sobre la creciente "presencia china", y la intensificación de sus relaciones con el continente africano en busca de más materias primas, apunta a la posibilidad de una mayor intervención e injerencia en todo el continente africano, con los métodos de probada eficacia, "divide y vencerás".

Los resultados en Túnez y en Costa de Marfil han puesto de manifiesto las instigaciones imperialistas, además de la política y sus estrategias de conflicto militar.

Sólo concentrar nuestras energías en condenar a las potencias imperialistas no es toda la respuesta, y es una pérdida de tiempo y energía! Tenemos que dedicar la mayor parte de nuestra energía para unificar el nacimiento de la Unión de Estados Africanos!