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domingo, 7 de agosto de 2011

EN EXPOSICIÓN: A 66 AÑOS DEL TRIUNFO SOBRE EL NAZI FASCISMO


Intervención de Eduardo Artés, Primer Secretario del Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria) – PC (AP)



Amigos, compañeros y camaradas:


El 9 de Mayo es un día marcado con rojo en el calendario soviético y en los corazones de todos los comunistas y antifascistas del mundo, es cuando el sueño nazi de los “mil años” que duraría su régimen cae y rueda por el suelo, es el día en que la bandera roja es instalada, por el Ejército Rojo, en el corazón de Berlín.

Hoy, cuando en occidente ocultan el recuerdo del 9 de Mayo de 1945, y aun más, cuando están ocupados en denostar al socialismo y en rehabilitar a los criminales nazi- fascistas, aquí en América Latina, en Chile, los comunistas, el Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria), PC(AP), no sólo lo recuerda, sino que estudia las causas que permitieron llegar a el, y lo hace lejos de un simple afán académico, sino que buscando aprender y así posibilitar el derrocar en nuestros tiempos a los imperialistas de hoy, al igual como nuestros camaradas lo hicieron con la bestia parda, con el nazi- fascismo, en la Gran Guerra Patria, en la lucha antifascista.

Es necesario ir al fondo de la hazaña soviética, roja, obrera y popular; porque sin duda fue más que una hazaña, toda vez que desde todos los flancos se le atacaba y se anunciaba su derrota, la incapacidad del Estado Socialista de resistir siquiera un mes a las tropas hitlerianas.

Muchos hacían sus apuestas sobre la inminente derrota de la Unión Soviética, la proclamaban abiertamente, el congresista norteamericano Martin Lice afirmó el 24 de junio de 1941: “dentro de un mes, Hitler se apropiará de toda Rusia”, y el 27 de junio del mismo año, el New York Post consignaba que “para salvar a los rojos de una derrota inminente se precisa un milagro semejante a los milagros bíblicos”.

No sólo eran anuncios propagandísticos y de indisimulado apoyo a los nazi-fascistas; los “aliados”, Inglaterra y los EEUU, sus regímenes reaccionarios, sólo soñaban con la destrucción de la Unión Soviética. Winston Churchil dio rienda suelta a su anticomunismo, usando y alentando a los fascistas a destruir a la URSS, no trepidó en llamar a “ahogar el bebé en la cuna” y, en octubre de 1942, antes de la contraofensiva de Stalingrado dijo: “Tenemos que parar a esos bárbaros en el Este, lo más lejos posible”, claro, Churchil contaba con los nazis alemanes para “parar” a los soviéticos y no con que estos últimos resistirían, para luego llegar hasta el propio Berlín. Es de conocimiento público, que tanto los EEUU como Inglaterra, forzados a la alianza con la Unión Soviética por un amplio movimiento democrático y antifascista que recorría todo el mundo, tramaron miles de acciones miserables para malograr la resistencia y posterior avance soviético sobre las tropas de Hitler. Dentro de otros actos criminales, los “aliados” occidentales ocultaron, en repetidas ocasiones, valiosa información de inteligencia que habría ahorrado miles de vidas civiles, la destrucción de hospitales, escuelas, viviendas, plantaciones de alimentos, pertrechos militares y tiempo, y claro, la vida de miles de soldados soviéticos y de sus equipamientos bélicos.

En 1943, en plena guerra, los “aliados” occidentales trataron de formar un eje con generales nazis y redirigir el total de la guerra contra la Unión Soviética; no es caso menor, que al final de la guerra, Inglaterra, y particularmente los EEUU, protegieran a una gran cantidad de oficiales nazis, a criminales de guerra, trasladándolos a muchos de ellos fuera de Alemania, incluso a América Latina, donde han prestado directa o indirectamente sus criminales experiencias a regímenes reaccionarios y fascistas, entre otros, a Pinochet en Chile.

Los EEUU se llevaron a su país a más de 180 científicos alemanes, con sus familias incluidas, quienes se desenvolvían en el desarrollo de los planes nucleares y coheteriles nazis. Hoy, sin mucho apuro, se puede afirmar que, tanto los EEUU como Inglaterra, tuvieron como motivación principal para su tardía, y a medias, participación en la coalición antifascista, el EVITAR que la mayoría de Europa pos guerra tuviera regímenes SOCIALISTAS; ellos entraron para arrebatar el triunfo popular a los partisanos en Grecia e Italia, y a los Maquis en Francia, es decir, a paralizar y destruir la guerrilla popular, que dirigida por los comunistas, anunciaban Repúblicas Populares y el Socialismo.

En esos momentos, el sueño de las llamadas “democracias occidentales”, de ver al joven Estado Proletario, dirigido por genuinos comunistas, derrotado y destruido a manos del nazi-fascismo, se esfumó, aumentando el odio de clase reaccionaria de sus miserables dirigentes. Que los imperialistas, los EEUU e Inglaterra actuaran así, era algo previsible y siempre necesario recordarlo, de manera que nadie se pierda a la hora de analizar las conductas de las potencias imperialistas; lo que si puede, a algunos, llamar a la sorpresa, y a todos, a la repugnancia, es la conducta similar, de quien se presentó en vida como un auténtico revolucionario proletario, pero como ha quedado demostrado, sólo lo sostenía su encono anticomunista, el disparatado accionar de la triste figura de León Trotski.

Entre 1938 y 1940, justo cuando la clase obrera, los campesinos y patriotas soviéticos se preparaban con heroísmo y con grandes sacrificios para enfrentar la inminente agresión nazi-fascista, Trotski sostiene que “sólo se puede asegurar la defensa del país por medio de la destrucción del grupillo autocrático de saboteadores y derrotistas”, y el 10 de octubre de 1943, insiste en que “sólo el derrocamiento del grupo separatista del Kremlin podrá restaurar la fuerza militar de la URSS. Todos los que, de forma directa o indirecta apoyen el stalinismo, todos los que exageren la fuerza de su ejército, son los grandes enemigos de la revolución socialista y de los pueblos oprimidos”. “Solo un levantamiento del proletariado soviético contra la tiranía vergonzosa de los nuevos parásitos puede salvar lo que queda en las bases de la sociedad de las conquistas de octubre”, y para que nadie tenga dudas del favor y ayuda prestada de Trotski a los nazis, en pleno conflicto, una vez más, llama al levantamiento contra el Estado Mayor de la Lucha antifascista, contra el que luchaba el nazi- fascismo, Trotski dice que “las conquistas de la revolución de octubre sólo le pueden servir al pueblo si son capaces de actuar contra la burocracia stalinista, como cuando actuaron contra la burocracia zarista y la burguesía (...) esto sólo se puede lograr de una manera: por medio del levantamiento de los obreros, los campesinos y soldados del Ejército Rojo contra la nueva casta de opresores y parásitos. Para preparar un levantamiento de esta magnitud se necesita un nuevo partido, la IV Internacional”. Trotski coincide así con los nazis, apoya a los cobardes y oportunistas que pretendían poner de rodilla a la Unión Soviética frente a la bestia parda. ¡Es una pena para los reaccionarios y fascistas, que el nuevo partido de Trotski, la “IV internacional”, no fuera tomado en cuenta por la clase obrera en la Unión Soviética, por la clase obrera en ningún país, de haberlo hecho, quizás se habría evitado la Gran Guerra, el Ejército Rojo no habría llegado a Berlín y todo el planeta sería hoy gobernado por los nazi- fascistas!

El ocultamiento y la negación de la URSS, de su determinante y principal aporte a la lucha por la libertad, la democracia y el socialismo, no es algo de ayer, cuando se desarrollaba la guerra contra el eje nazi-fascista, alemán- italiano-japonés, y donde los reaccionarios de todo el mundo boicoteaban a la URSS, sino de HOY.

A 66 años del Glorioso 9 de Mayo de 1945, continúan ocultando el papel fundamental jugado en la derrota del nazi-fascismo por el Ejército Rojo de Obreros y Campesinos, guiado por la dirección bolchevique, con el camarada José Stalin a la cabeza, pero la verdad no puede ser ocultada siempre, al contrario, esta sobresale guste o no, ella es revolucionaria.

Quién puede negar que la Unión Soviética, el Ejército Rojo destruyó el 80% del ejército nazi- alemán, en batallas imborrables como la de Moscú, Stalingrado, Kursk, Bielorrusia o Berlín, que 8 de 10 soldados alemanes caídos en la guerra, lo hicieron en el frente oriental, que de todos los muertos militares y civiles en todo el mundo, durante y a consecuencia de la guerra, de un total de 50 millones, 27 millones fueron soviéticos. ¡Ese fue el tremendo aporte y costo que el país de los soviets hicieran a la derrota de la bestia parda. Es entendible el odio y las miserables actitudes de los reaccionarios en todo el mundo!

En necesario tener en cuenta el punto de partida del Estado Soviético, al enfrentar la guerra contra los nazi-fascistas. Entre otros, tenemos previamente el desastre que significó para la antigua Rusia, la Primera Gran Guerra, el atraso en que se encontraban los pueblos y países que formaron la Unión Soviética, bajo el régimen anterior, con todo el oscurantismo y los resabios feudales y autocráticos del zarismo ruso, la cercanía de la revolución y toma del poder por los bolcheviques, a la cabeza de la alianza obrera y campesina, la guerra contra el intervencionismo de las potencias imperialistas, que pretendía y tenía por objetivo restaurar al zarismo en el poder, ahogar en sangre y fuego al recién formado Estado Socialista, guerra que causó destrucción, muertes y postergó la necesaria construcción económica y social, de acuerdo a la demanda de la nueva sociedad, y junto a todo ello, y como consecuencia de la continuidad de la luchas de clases bajo las condiciones del SOCIALISMO, de la dictadura del proletariado. La subversión reaccionaria e imperialista promovida por agentes bien pagados y distribuidos por todo el amplio territorio soviético, los que, con el apoyo de las clases derrocadas, realizaron atentados terroristas, con los cuales causaron grandes e importantes daños a la producción, e incluso, llegaron a asesinar a importantes cuadros del Estado proletario, y como remache, lo que no podía faltar, el trabajo de sapa del oportunismo revisionista y liquidacionista de derecha, particularmente del trotskismo, que como está comprobado, actuó muchas veces en unidad y coordinación con los reaccionarios, e incluso con los nazis.

¿Cómo se puede explicar que los soviéticos hubieran derrotado a la maquinaria de destrucción y de guerra más grande existente en el planeta en esos años? La respuesta sobra, pero hay de decirla fuerte, con orgullo comunista, de manera que le retumben los oídos a los reaccionarios, imperialistas y traidores de todos los colores: ¡Fue la determinación patriótica y revolucionaria de la clase obrera, de los campesinos, de los pueblos soviéticos, fue consecuencia de la dirección correcta del Partido Comunista, con el camarada Stalin al frente, fue el fruto de la UNIDAD férrea entre el Estado proletario, el Partido Comunista y los soviéticos; eso fue, no hay, ni se puede encontrar otra explicación a tan grande hazaña!.



La conmemoración de la derrota del nazi-fascismo quedaría incompleta si no nos referimos a las grandes implicaciones que en todos los planos tuvo sobre el movimiento comunista, revolucionario, por la democracia y la libertad a nivel mundial; por ejemplo, significó llevar a un nuevo nivel el combate por la descolonización a nivel planetario, aportando significativamente a emerger, entre otros, a la India con un Estado propio, al nacimiento de la República Popular de China y de los países de Democracia Popular de Europa del Este, y a que se asumieran con mayor propiedad las luchas por la soberanía y la liberación nacional, como parte integrante de la lucha por el socialismo, ya que estas se dan en la época del imperialismo y de las revoluciones proletarias.

A partir de nuestro homenaje al 66o aniversario del 9 de Mayo de 1945, somos de la idea, de que es del todo necesario profundizar sobre la línea de Frente Popular acordada en el Séptimo Congreso de la Tercera Internacional, o de la Internacional Comunista, realizado en Moscú, en julio de 1935, en las formulaciones e Informe allí aprobados, en el Informe del destacado comunista Jorge Dimitrov.

Lo primero que hay que situar en toda su dimensión, es que era una táctica, que junto con apoyar a regímenes democráticos antifascistas y de unir a las fuerzas antifascistas, de llevar a un nuevo nivel el combate contra el nazi- fascismo, tenía una clara expresión de acercamiento y de avance al socialismo, y esto es porque se hablaba y se formulaba desde la Internacional Comunista, la que sostenía como socialismo, al verdadero socialismo, al socialismo científico, a la experiencia existente, a la soviética, a la dictadura del proletariado. La política de Frente Popular permitió enfrentar y dejar atrás, entre otras desviaciones, la política sectaria del Partido Comunista Alemán, la que combatía por igual al Partido Obrero Socialdemócrata y al fascismo, con lo cual, si bien de dicho partido no se puede decir que es responsable, pero si que facilitó el triunfo de Hitler en 1933.

Los Frentes Populares nacieron y se desarrollaron enfrentando el avance de la reacción, al calor del combate contra el fascismo, el cual ya era una realidad en medio de la crisis mundial de los años 30. En Italia el fascismo estaba consolidado, posteriormente esto sucede en Alemania; los fascistas se presentan como salvadores de los “valores nacionales”, que según ellos, eran destruidos por la democracia burguesa y por el marxismo. El fascismo, apoyándose en las capas burguesas más conservadoras, buscaba como fin principal, el frenar y destruir el avance de las luchas por el socialismo y de los partidos comunistas, y en forma especial, de la emergente URSS y de su dirección bolchevique encabezada por Stalin, que se constituía en el referente natural de los trabajadores y de los pueblos, tanto en los países capitalistas desarrollados, como en los de capitalismo dependiente.

La justa línea de Frente Popular, no sólo tuvo que enfrentar a la reacción más cavernaria y fascista, contra la que se formuló, sino que también al trotskismo, eterno aliado de la reacción, quienes acusaban y vociferaban que era el abandono a toda política de independencia de clase del proletariado, sin comprender, o no querer comprender, que justamente era una política que, desde el proletariado se formulaba para el conjunto de las fuerzas antifascistas.

Hay que tener muy presente, que las críticas oportunistas del trotskismo se apoyaron y tuvieron como sustento en algunas prácticas revisionistas, a las desviaciones claras y concretas que se expresaban en algunos partidos comunistas, a la hora de implementar la política de Frente Popular. Un buen ejemplo de lo dicho se puede encontrar en el viejo Partido “Comunista” de Chile, el que dio fuertes tumbos hacia la derecha y al revisionismo, de cara a la política de Frente Popular, cayendo de lleno en las concepciones oportunistas, que sostenía por esos años el Secretario General del Partido Comunista de los EEUU, Earl R. Browder, quien, como consecuencia de su desviación, fuera expulsado de la militancia comunista, no sólo por la Tercera Internacional, sino que por el propio Partido Comunista de los EEUU.

Hay que recordar los esfuerzos de Ricardo Fonseca por defender el carácter revolucionario y proletario de la línea de Frente Popular, él defendió los principios marxista-leninistas al interior del Partido “Comunista” de Chile, al asumir la Secretaría General de ese partido, golpeó la figura y la política del anterior secretario general (obligado a renunciar), Carlos Contreras Labarca, que estaba comprometida profundamente con la desviación ideológica y práctica derechista browderista. Luis Corvalán, quien después de la muerte de Ricardo Fonseca, ocurrida el 21 de julio de 1949, asume posiciones hermanas al browderismo, el revisionismo jruschovista, responsable de las grandes tragedias ocurridas en el movimiento comunista internacional contemporáneo, e incluso, de la derrota y masacre que significó el golpe de Estado fascista en Chile en 1973; escribía bien por ese entonces, claro, de acuerdo a la justa dirección que imponía desde la Secretaría General del Partido “Comunista” de Chile el camarada Fonseca, Corvalán decía: “El revisionismo browderista hizo mella en nuestro Partido, debilitando su combatividad antiimperialista y su rol de vanguardia de la clase obrera en la lucha por sus intereses específicos.

Además, tendió a desarmarlo ideológicamente para las luchas que se librarían en la inmediata post guerra”.

Está claro que, aunque sin triunfar definitivamente, dentro del Partido “Comunista” de Chile se hicieron esfuerzos en el camino marxista-leninista que sostenía la Tercera Internacional, en la línea de Frente Popular y que, por lo tanto, los esfuerzos fraudulentos de los trotskistas, por querer confundir y presentar las concepciones revisionistas, el abandono del camino revolucionario proletario, las prácticas derechistas, como las del Frente Popular, son todo un engaño.

A manera gráfica, y para despejar algo más de los embustes a la política de Frente Popular, veamos una parte del Programa de Frente Popular sostenido en España, el cual, como se puede ver, NO significa ninguna “renuncia a la independencia de clase”: Los partidos republicanos, Izquierda Republicana, Unión Republicana y el Partido Socialista, en representación del mismo, y de la Unión General de Trabajadores, Federación Nacional de Juventudes Socialistas, Partido Comunista, Partido Sindicalista, Partido Obrero de Unificación Marxista, sin perjuicio de dejar a salvo los postulados de sus doctrinas, han llegado a comprometer un plan político común que sirva de fundamento y cartel electoral y de norma de gobierno que habrán de desarrollar los partidos republicanos de izquierda, con el apoyo de las fuerzas obreras, en el caso de victoria. Declaran ante la opinión pública las bases y los límites de su coincidencia política y, además, la ofrecen a consideración de las restantes organizaciones republicanas y obreras”.

Hoy no existe la Unión Soviética, ni un Movimiento Comunista fuertemente organizado, que desde las justas posiciones marxista-leninistas, de lucha abierta y multifacética contra las potencias imperialistas y los reaccionarios, contra los oportunistas y revisionistas, incluidos sus primos hermanos, los trotskistas. Si hay partidos y organizaciones comunistas y revolucionarias, que persistimos en el camino de la revolución y el socialismo, que buscamos y trabajamos por la UNIDAD del movimiento obrero, revolucionario, antiimperialista y marxista-leninista internacional, que son el anuncio de pasos adelante y superiores para el combate antifascista, democrático, popular y socialista de nuestros días.

Asistimos hoy a grandes movimientos de protesta de las masas populares, particularmente obreras, campesinas y de la juventud, los que se extienden por los cinco continentes. Últimamente, después de las grandes manifestaciones obreras en la vieja Europa, contra el paro forzoso y la crisis capitalista, asistimos al levantamiento popular de los pueblos árabes, en el oriente medio, las banderas de la libertad, contra el modelo neoliberal y por la revolución y el socialismo, flamean en las manos de millones, sumándose así a la heroica y larga lucha del pueblo palestino contra el sionismo y el imperialismo.

Hoy existen gobiernos que desarrollan una destacable lucha por la soberanía nacional, por el derecho al desarrollo social de sus pueblos, estos han nacido y son impulsados por amplios movimientos de masas democráticos populares, dentro de ellos, actúan fuerzas revolucionarias y comunistas que, con distintos grados de desarrollo y comprensión de una política verdaderamente revolucionaria y proletaria, hacen esfuerzos por enfrentar correctamente las tareas inmediatas, al tiempo que reafirman la perspectiva de la Revolución Socialista.

Bolivia y Venezuela, sus gobiernos, se destacan en nuestra América Latina, en oposición a los imperialistas y sus designios hegemónicos-explotadores, en el exigir respeto a su soberanía, ellos se unen a la heroica lucha que por más de medio siglo ha desarrollado la Revolución Cubana. En otras latitudes, en una misma dirección, tenemos a la República Popular Democrática de Corea, Nepal y Bielorrusia, de ellas, somos partes con nuestras fortalezas y debilidades, a ellas, al amplio movimiento por los derechos populares y nacionales, contra el imperialismo y el capitalismo, vamos y debemos ir con nuestras posiciones revolucionarias y proletarias. Estamos claros sobre lo que sucede cuando se rebaja o se abandona la lucha ideológica de cara a los enemigos burgueses, no nos debe importar de cómo estos se disfracen, de derechistas o de izquierdistas, debemos darle combate. La caída de los regímenes reclamados del socialismo, aunque momentánea, es la muestra de a donde conduce la traición y el revisionismo, sobre todo cuando se toman la dirección de los partidos y estados proletarios, de cualquier manera, la rueda de la historia no se detiene, y esos países, incluidos los que formaron parte de la URSS de Lenin y Stalin, volverán al futuro, al socialismo.

La actual lucha contra las potencias imperialistas tienen en la experiencia del combate al nazi-fascismo, en la línea de Frente Popular, encarnado en el victorioso 9 de Mayo de 1945, que hoy conmemoramos, una generosa fuente de enseñanzas, para los que buscamos resolver la contradicción principal del período en que vivimos, y a la hora de acercar la victoria socialista, al amplio movimiento de masas antisistema y anticapitalista. Es por ello que debemos precavernos de actitudes y posiciones pequeño burguesas, falsamente de izquierda, que prefieren darse la mano con las derechas más reaccionarias, que hacer alianzas con sectores y fuerzas progresistas y antiimperialistas, las que objetivamente, aunque no son marxista-leninistas, tienen contradicciones y se oponen a la hegemonía imperialista. También, y con fuerza, hay que precavernos de los que se dejan llevar por un excesivo entusiasmo o simplemente se dedican a sembrar confusión, al ver “socialismo” en todo lugar, al confundir procesos contradictorios de lucha por la soberanía nacional y derechos populares, automáticamente como de construcción socialista, al no verlos como lo que son, como parte del combate general por la REVOLUCIÓN y el SOCIALISMO.

El revolucionarismo pequeño burgués ataca a todos los que no estén con su “programa” máximo, juegan a la revolución, ellos, se denominen trotskistas o no, lo quieran o no, son igual que Trotski, parecen distintos a los revisionistas jruschovistas y sus falsos caminos parlamentarios, entreguistas y conciliadores, mas son hermanos en la confusión y liquidacionismo, en la traición, son los quinta columnas de la reacción enquistados en el movimiento obrero y popular, boicotean la lucha antifascista, niegan la victoria de los trabajadores y de los pueblos, las hazañas del Ejército Rojo, con el camarada Stalin al frente, que destruyeron en su tiempo el sueño reaccionario de imponer al nazi- fascismo sobre toda la humanidad.

Camaradas: los obreros y campesinos, los pueblos, las fuerzas democráticas y revolucionarias, los comunistas, fuimos capaces ayer de derrotar al nazi-fascismo, levantemos y derrotemos hoy al imperialismo, logremos el SOCIALISMO.

¡Viva el 9 de Mayo de 1945! ¡Viva el Ejército Rojo y el Partido Comunista de la época de Stalin! ¡Viva la política certera, revolucionaria y proletaria del Frente Popular!


¡Viva el Internacionalismo Proletario! ¡Viva el marxismo-leninismo! ¡Proletarios y pueblos del mundo, Uníos!


Santiago de Chile, 7 de Mayo de 2011.

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