Según un artículo de MLKP, la muerte de los trabajadores es cada vez mayor en Turquía. Veinte trabajadores murieron y más de 50 resultaron heridos en una explosión en una zona industrial en Ankara, además, otros 9 trabajadores murieron en un deslizamiento de tierra en Maras-Afsin.
En Turquía, los trabajadores se ven obligados a vender su fuerza de trabajo y pierden sus vidas en un número creciente debido a las condiciones de trabajo inseguras, falta de reglas y normas de seguridad, como en los astilleros de Tuzla, en Estambul, Davutpasa, en las minas de carbón de Bursa y Zonguldak, donde se encuentran con la muerte.
En su avidez por las ganancias de este capitalismo salvaje, la vida humana pierde su importancia y valor con mucha facilidad, y no hay absolutamente ningún límite a esto. En Turquía, los trabajadores se ven privados de los sindicatos desde el golpe militar fascista que tuvo lugar el 12 de septiembre de 1980. Las condiciones de trabajo se agudizaron con la globalización. La posibilidad de que los millones de trabajadores se organicen y luchen, se retrasó por las condiciones impuestas a la sociedad turca.
La clase obrera sólo puede defenderse por sus propios actos, huelgas, manifestaciones, boicot y organizarse contra todos los pronósticos y el terrorismo de Estado. La lucha política es la única respuesta para la clase obrera en Turquía.
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