Terminada la elección, ha ganado Piñera.
¿Cambiará en algo la situación política, económica, cultural, social, etc. para los pueblos de nuestro país?
Lo que se jugaba en estas elecciones era la lucha entre dos sectores neoliberales en pugna por definir quién administra el Estado y quién le da continuidad a las medidas políticas y económicas sustentadas en la constitución fascista de Pinochet, actualmente en vigencia.
Los gobiernos de la Concertación, nadie lo niega, fueron extraordinariamente exitosos en la administración del modelo neoliberal.
Aplaudidos por los empresarios y la vieja derecha y por todos los organismos representantes del Imperialismo (FMI, ONU, BID, OEA, etc.).
Las ganancias de los grandes capitalistas instalados en Chile han alcanzado niveles exorbitantes, ampliando la brecha entre ricos y pobres, con lo que el país alcanza el triste record de ser una de las naciones con mayores diferencias de distribución de los ingresos en el mundo.
La concentración del poder económico en pocas manos, producto de fusiones, colusiones, privatizaciones; el sometimiento de la economía chilena a la división internacional del trabajo, especializando la estructura productiva del país en la exportación de materias primas y en general, productos de escaso valor agregado, cuya expresión formal son los Tratados de Libre Comercio, ha golpeado la capacidad económica del país, impidiendo el desarrollo de la industria manufacturera y apenas permitiendo la existencia de algunas micro empresas.
La pérdida de la soberanía nacional que se expresa, entre otros, en los tratados de explotación minera, en la propiedad de los mares, tratados militares y de seguridad hemisférica, propiedad sobre los recursos hídricos; son parte de la herencia que deja la Nueva Derecha Concertacionista a la Vieja Derecha.
Una legislación laboral que permite la precariedad del trabajo, prácticas anti sindicales, bajos salarios, desempleo, el incumplimiento y burla de las leyes sociales, es un camino ya pavimentado por la saliente Nueva Derecha Concertacionista.
En lo que se refiere a la educación, se ha implementado la Ley General de Educación (LGE), y se ha profundizado el carácter privado, monopólico y de lucro de la educación. Lo mismo ha ocurrido en la privatización de la salud, servicios públicos, viviendas sociales, etc.
La negación de los derechos nacionales de las reivindicaciones de los pueblos originarios, la criminalización y represión de sus luchas, la desintegración político y moral de las organizaciones de los trabajadores y de los pueblos, en general, por medio de la cooptación, corrupción y represión de las organizaciones sociales y políticas han sido entre otros, condiciones necesarias para hacer posible la aplicación continua y profunda del modelo neoliberal con que la concertación ha gobernado el país por 20 años.
En definitiva, este es el país que le entrega la nueva derecha (Concertación) a la vieja derecha (la Alianza).
¿Quién es la Vieja Derecha? Son los que promovieron, fraguaron y llevaron a cabo junto a las Fuerzas Armadas y el Imperialismo, el Golpe Militar Fascista de 1973, cómplices de torturas, asesinatos, desapariciones, exilios de cientos y miles de chilenos, herederos naturales de la dictadura, bajo cuya sombra se formaron, fueron parte y enriquecieron. Ellos han cogobernado junto a la nueva derecha concertacionista, cohabitando en el Congreso, en la Corte Suprema, en el Banco Central, en la Contraloría General de la República, en las Fuerzas Armadas, en el Tribunal Constitucional.
Por su naturaleza de clase, pasado, presente e intereses que representan, sólo podemos esperar más de lo mismo, es decir, privatizaciones, (Codelco, Banco Estado, ENAP, etc.), aumento de los tratados de seguridad y económicos con los imperialistas, mayor pérdida de la soberanía nacional, mayor flexibilidad laboral, en otras palabras, profundización de los “éxitos” de los gobiernos de la Concertación.
El malestar hacia la vieja y nueva derecha, desde los pueblos, se expresó en la no inscripción, abstención, voto blanco y voto nulo; en este último caso cabe destacar la que fue un voto conscientemente político, apoyado por organizaciones progresistas, personalidades de izquierda y el Partido Comunista (Acción Proletaria), P.C.(A.P.).
El Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria) P.C. (A.P.) llama:
A no creer en la demagogia y el populismo de Piñera y de la nueva derecha que se vestirá de oposición tratando de utilizar las demandas y luchas populares para sus propios intereses de grupo neoliberal.
A intensificar los esfuerzos por levantar un gran movimiento por una Asamblea Constituyente con protagonismo popular, desarrollando cientos de comités por una asamblea constituyente y una nueva constitución.
A impulsar con fuerza la necesidad de una alternativa propia, sin someterse a los chantajes y opciones capitalistas impuestas desde la constitución fascista y neoliberal del 80, avanzando tras un Chile soberano, digno, justo, democrático popular y socialista.
Santiago, 17 de Enero 2010
Comité Central del Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria), PC (AP)
www.accionproletaria.com
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