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viernes, 10 de junio de 2011

EL ROL ENCUBIERTO DE CANADA EN LA GUERRA DE IRAK

En febrero del 2003, cientos de miles de personas se manifestaron en todas las calles de Canadá, incluyendo alrededor de 100 mil personas sólo en Montreal. El objetivo de estas protestas era detener la adhesión del gobierno canadiense en la Guerra de Irak. Viendo este creciente movimiento, el gobierno liberal de Canadá inició una campaña para despistar este movimiento y su lucha por la paz. El gobierno intentó hacer aparentar de que no se enlistaba en el apoyo de la guerra en Irak, mientras que a puertas cerradas hicieron de todo para apoyarla. Esta táctica fue un movimiento brillante para desprestigiar y deslegitimar el movimiento anti-bélico de aquel momento.

Tan poderoso es el mito de que Canadá no participó en la guerra contra Irak, que en variadas ocasiones manifestantes “anti-bélicos” apelan al simbolismo del gobierno canadiense diciendo “No” al ser consultados si entrarían o no en la Guerra de forma directa.

El apoyo de Canadá en la guerra fue reconocido por el propio embajador Estadounidense en Canadá - Paul Cellucci, el 25 de Marzo del 2003, durante el francamente obsceno bombardeo sobre Irak, diciendo que: “Irónicamente, las fuerzas navales canadienses, su milicia y su aviación, han prestado mas ayuda en esta guerra que los 46 países que están apoyando total y directamente la guerra contra Irak”.

Con esta afirmación, Cellucci no hace nada más que reconocer las verdaderas intenciones y la posición verdadera de Canadá.

Una fuerza militar tremenda está entregando Canadá a las aspiraciones del imperialismo estadounidense.

Una semana antes de las declaraciones de Cellucci, el Secretario de Estado Norteamericano Collin Powell anunció, con mucha fanfarria, que los EEUU han establecido una “afortunada alianza” con Canadá, para hacer de esta guerra un proceso mas legítimo a los ojos de la comunidad internacional.(2)

La propaganda del gobierno funcionó tan bien durante el 2003, que en el 2005 los liberales se mostraron ante los medios de comunicación como contrarios al programa norteamericano de uso nuclear en la Guerra, así como también en el Programa Balística y Misil de Defensa (BMD). En realidad, el rol de Canadá consistió precisamente en el subsidio de las industrias que se encargaban de darle vida directa o indirectamente a este programa. El hecho de que Canadá dijera de manera formal “NO” al programa BMD, fue desafortunadamente el punto de partida para que muchos activistas pacifistas creyeran que se había ganado una lucha contra las aspiraciones de invasión a Irak, enviando incluso cartas de felicitaciones al Gobierno Liberal por no “alistarse” en dicho programa. Así, otro movimiento masivo fue desvirtuado y las protestas disminuyeron considerablemente.

Es vitalmente importante y urgente revelar como los procesos masivos y activistas en Canadá, que estuvieron en contra de la guerra en Irak, fueron paulatinamente desmembrados y ahogados en la contra-campaña realizada por el gobierno. Podemos, sin embargo, aprender y prevenir que este tipo de fiascos en los movimientos anti-bélicos no sucedan más en el presente y en el futuro.

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